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La nueva denominación de la estación, ubicada bajo la Plaza Miserere (Popularmente conocida como «Plaza Once»), en el cruce de las avenidas Pueyrredón y Rivadavia, se consiguió a partir de la sanción de la Ley 5.248 que, por unanimidad, la Legislatura aprobó el año pasado, en el mes de marzo.
La decoración, que forma parte del “Paseo del Tango”, corresponde al artista Hermenegildo Sábat y está referida a Aníbal Troilo.
El ex legislador Alejandro Bodart (MST), autor de la ley junto a Gustavo Vera y Marcelo Ramal, afirmó: “Le pusimos 30 de Diciembre en memoria de los pibes de Cromañón, víctimas de la corrupción empresarial, policial y del gobierno porteño en aquella noche negra de 2004. Además de dineros públicos, la corrupción estatal que aún sigue enquistada nos roba lo más importante: vidas del pueblo”.
Sobre Bartolomé Mitre, donde estaba República Cromañón, sobrevivientes y familiares levantaron un santuario para recordar a las víctimas. Ese espacio se bautizó como “Plaza de la Memoria por las Víctimas de Cromañón”.
La calle se cerró al público y en el 2012 el Gobierno porteño la convirtió en peatonal.
Además del nombre, también se vio una cara renovada del andén, con murales y obras de arte en referencia al episodio. Por último, se destaca un mural de fondo negro con los nombres de las víctimas en letra blanca.
Todavía hoy, a más de 10 años, las responsabilidades se discuten. Los músicos, el jefe de gobierno Aníbal Ibarra, el dueño del lugar Omar Chabán (ya fallecido), el manager. Lo que no se discute es que pasó lo peor y que lo peor nunca va a pasar. Se trata de un nuevo nombre para la estación de subte, pero no debe quedar en eso. Queda en nosotros recordar, pensar y aprender.